Los caramelos de Candy Crush son los más difíciles de abandonar y no es casualidad. El juego que fue lanzando en Facebook en abril de 2012 cuenta con más de 45 millones de usuarios que no pueden dejar de jugar. ¿Por qué es tan adictivo? Al parecer, la clave de su éxito está en los niveles más difíciles; aquellos que no podemos quitar de nuestra mente y que sentimos que debemos superar a como dé lugar.
Cualquier usuario que haya jugado cierta cantidad de niveles en el Candy Crush sabe que hay niveles muy simples, otros complicados y algunos muy difíciles de pasar. Cuando un jugador pasa un nivel lo olvida rápidamente, pero cuando pierde, tiene la urgente necesidad de volver a jugarlo hasta superarlo.
Se lo denomina efecto Zeigarnik, porque fue descubierto por la psicóloga Bluma Zeigarnik. Ella descubrió que los camaroneros podían recordar una gran cantidad de pedidos, pero una vez que cumplían con ellos, los olvidaban. La psicóloga propuso 20 retos mentales a un grupo de voluntarios e interrumpió la mitad. Al finalizar, los hombres recordaban estas tareas con más claridad que las que habían resuelto.
La teoría se puede aplicar a los jugadores, que al no terminar un nivel, no lo pueden olvidar y eso les crea ansiedad que sólo alivian si vuelven a jugar. Candy Crush genera 600 millones de partidas en un solo día y aunque su éxito puede explicarse con esta u otras teorías científicas, lo cierto es que el hecho de estar presente en la red social más importante del mundo y disponible en todo momento y lugar gracias a los smartphones y a Internet le ha dado una notoriedad que de otra manera quizás no tendría.
Vía: ABC